Frutas y semillas de marfil

Se denomina marfil vegetal a una materia prima de origen vegetal cuyas propiedades físicas (color, tacto) recuerdan al marfil de origen animal.

A diferencia de este último, que está formado por dentina, el marfil-vegetal está compuesto por azúcares, principalmente manosa -una molécula cuyo nombre evoca el maná bíblico [algunos arbustos y árboles producen una secreción que, durante la Edad Media, empezó a llamarse maná, como por ejemplo Fraxinus ornus L. (fresno), y fue de la secreción de estos árboles de donde se aisló el manitol (alcohol), que, por oxidación, origina la manosa].

Pulseras marfil-vegetal

Constitución marfil-vegetal

La manosa que se encuentra en el marfil de las plantas está en el endospermo de la semilla, es decir, forma parte de las reservas de energía y materia orgánica que el embrión utilizará en las primeras fases de la germinación.

Existen varias especies de las que se puede obtener el marfil vegetal, sin embargo, la más común es una palmera originaria de los bosques tropicales de Sudamérica llamada jarina o tagua, cuyo nombre científico es Phytelephas macrocarpa Ruiz & Pav ., de las palabras griegas fitón = planta; Eléphas = elefante; makrós = grande, largo; karpós = fruto (literalmente, planta elefante con frutos grandes).

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Las abreviaturas Ruiz & Pav. hacen referencia al nombre de los autores españoles (Hipólito Ruiz López y José António Pavón), los primeros europeos que describieron la palmera que los nativos de los bosques peruanos de la alta Amazonia utilizaban para fabricar objetos de adorno y pequeños artefactos de uso cotidiano.

Semillas de marfil

Especies productoras de marfil vegetal

La palmera marfil es pequeña (hasta cinco metros de altura) y de crecimiento lento (los primeros frutos aparecen cuando la planta tiene unos 15 años). Produce anualmente unos 15 frutos con 20 semillas cada uno (es decir, unas 300 semillas por planta y año).

Otras especies, de la misma familia ( Palmae o Arecaceae ), que producen marfil son, por ejemplo: Phytelephas aequatorialis o el Hyphaene thebaica .

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Datos históricos

Durante la época victoriana, el marfil vegetal era muy popular en la fabricación de cajitas en las que se guardaban agujas, dedales y cintas métricas.

Los visitantes de la primera gran Exposición Universal, celebrada en el Palacio de Cristal de Hyde Park, Londres (del 1 de mayo al 15 de octubre de 1851), bajo el patrocinio del príncipe Alberto (1819-1861), esposo de la reina Victoria (1819-1901, reinó desde 1837), pudieron maravillarse con objetos preciosos, raros y exóticos, como el diamante indio Koh-i-Noor, el mayor diamante tallado de la época.conocida, que fue ofrecida a la reina Victoria por la Compañía Británica de las Indias Orientales.

Entre los miles de objetos expuestos se encontraba una curiosa torre de marfil vegetal, creada por la firma inglesa Benjamin Taylor de Clerkenwell .

Torre de marfil vegetal expuesta en la Exposición Universal de 1851

Esta torre aún se conserva en las colecciones del Museo de Botánica Económica del Real Jardín Botánico de Kew, situado en las afueras de Londres. En Francia, en la región de Crezancy, existía una conocida fábrica de exportación de botones de marfil vegetal, que fue totalmente destruida durante la Primera Guerra Mundial, en la noche del 29 al 30 de julio de 1918, debido a su proximidad al lugar dondeluchó en la Segunda Batalla del Marne.

Entre 1850 y 1950, el marfil fue, junto con el nácar, una de las materias primas más importantes utilizadas en la fabricación de botones, pero tras la Segunda Guerra Mundial, la introducción de nuevos productos sintéticos elaborados a partir de hidrocarburos dictó su declive.

Comercio justo y sostenible

El marfil vegetal es una alternativa ética al uso del marfil obtenido de los dientes de los elefantes africanos ( Loxodonta africana ), cuyo comercio está prohibido (o severamente restringido) por acuerdos internacionales (Apéndice I de CITES).

El marfil procede de plantas silvestres y es un activo económico para la gestión sostenible de los recursos naturales.

Hoy se utiliza para fabricar biojoyas y pequeños objetos decorativos que suelen vender las empresas que trabajan en el ámbito del comercio justo.

Fotos: Luís Mendonça de Carvalho

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